Esta temporada he estado demasiado ocupado en el trabajo y demasiado ensimismado en mi investigación como para dedicarle ni siquiera un momento a escribir un artículo para este blog. Pero, por fin tengo un ratito para ello, y me surge una fundamental y trágica cuestión… ¿que escribir, si he estado tan ausente que solo he parado para atender mis necesidades más primarias? Creo que hablar sobre la puesta a punto del protocolo de extracción de ARN-ADN y de la RT-PCR en los que he estado ocupado, es demasiado heavy para un blog de estas características.
Hoy al fin me he sentado delante del ordenador y he comenzado a hacer algo muy importante a la hora de programar cualquier trabajo de investigación: Comprar reactivos e inventariable.
En este sentido, debería intentar no hablar de marcas, ni de casas comerciales, pero me va a ser imposible no hacerlo de forma gratuita (otra oportunidad perdida de hacerme rico…). Bien, pues en primer lugar, me gustaría aclarar, que esta es una actividad comercial como otra cualquiera, con la salvedad de que tanto los procesos como los productos se encuentran en una escala de bastante, muy y excesivamente caros. En este sentido es un sector muy pujante, donde no solo las grandes multinacionales compiten por hacerse con el mercado, en la actualidad, empresas pequeñas son capaces de ofrecernos productos con un ratio calidad/precio más que aceptable. En resumen, nos encontramos ante un sector sumamente competitivo, donde la calidad de los productos era lo más importante y hasta ahora esa calidad solo la podían ofrecer unas pocas empresas. El incremento del número de empresas ha llevado a una feroz competencia (de la cual nos hemos beneficiado todos) y ha obligado a todas ellas a agudizar el ingenio y a aplicar estrategias publicitarias comúnmente utilizadas en otros sectores.
Clasicamente, los catálogos en papel, anuncios en revistas y representantes comerciales eran la base de la propaganda; Pero la llegada de internet hizo mas fácil a las pequeñas empresas el anunciar sus productos abaratando el coste; comenzó así una lucha publicitaria en la red que ha llevado a que aparezcan cosas muy simpáticas y realmente ingeniosas.